Más tarde, en el entrenamiento, el
coach, señor Petcu, nota que Gina está
distraída. No juega tan bien como
siempre.
El señor Petcu se arrodilla frente a
Gina y le toma las manos. “¿Qué te pasa,
Gina?”, pregunta con voz amable. Gina
duda un momento y luego dice: “Algunos
niños se burlaron de mí otra vez. Me
llamaron bajita y gitana”. El coach la
mira a los ojos. “Gina, ¿sabes qué hace
a un tenista increíble?”. Gina mueve la
cabeza negando.
“No es la altura ni el origen”, dice el
señor Petcu. “Es el corazón, la
determinación y el coraje. Y tú tienes
todo eso. Nunca lo olvides”.
¿Qué crees que debería hacer el señor
Petcu?