Mia tiene siete años y está en segundo de primaria. Le encanta la escuela y todo lo relacionado con ella. Está ansiosa por aprender. También disfruta de las actividades al aire libre, especialmente de los juegos en equipo con muchos jugadores.
Una mañana soleada, un nuevo estudiante llamado Sam llegó a la escuela. Sam era un poco diferente: usaba una silla de ruedas. Por esa razón, los niños no saben cómo incluirlo en sus juegos. Los juegos que suelen jugar parecen no ser adecuados para él. Como los niños no saben que hacer, Sam empieza a sentirse excluido y solo.