Si cambian el juego, Sam estará feliz. No jugarán tanto a las escondidas, pero se sentirán bien al ver la sonrisa de su nuevo compañero.
Mia organiza la búsqueda del tesoro. Se asegura de que las pistas estén en lugares accesibles para Sam. Cuando el juego comienza, todos corren por el patio en busca de los tesoros. Sam avanza con su silla, sigue las pistas y colabora con sus nuevos amigos para encontrar los objetos escondidos. ¡Todos se divierten mucho! Sam ríe y aplaude cuando encuentran cada pista. Los demás niños están felices de haber hecho un nuevo amigo. Después de la búsqueda del tesoro, se sientan juntos a hacer un picnic, compartiendo historias y bocadillos.
Es muy importante estar juntos. Es bonito cuando todos en el grupo se sienten bien y con la posibilidad de participar. Siempre hay que intentar motivar a los demás a ser amables.