Eva tiene siete años y está en segundo de primaria. Le encanta la escuela. Quiere aprender y participar en los juegos que organiza el cole. Le gusta que su aula es colorida y llena de luz. También le gusta el guardarropa en donde puede dejar sus zapatos, abrigos y otras cosas.


Es la hora del recreo. Los niños tienen más libertad que en clase y todos juegan felices. En medio de la diversión, Adam choca con Eva y el zumo que ella estaba bebiendo se derrama sobre su camiseta.

Eva se enfada con Adam porque él no le pide disculpas. Piensa que debería haberle pedido perdón.


¿Debería Eva perdonar a Adam?

Eva quiere vengarse de Adam. Piensa en esconderle el abrigo, a pesar de que afuera hace frío y llueve.

Eva está frustrada y enojada por lo que pasó. Se siente mal porque Adam no se ha disculpado. Se siente herida y cree que es injusto. No entiende por qué él la trató de esa manera.


¿Qué debería hacer Eva?

Eva esconde el abrigo de Adam. Lo oculta tan bien que nadie puede encontrarlo. Como hace frío y llueve, el maestro de Adam tiene que llevarlo a casa en coche porque no puede regresar solo con un jersey. Al día siguiente, el maestro pregunta a la clase quién escondió el abrigo de Adam. Si nadie admite que escondió el abrigo de Adam, nadie podrá usar el guardarropa. Si Eva admite que escondió el abrigo de Adam, todo volverá a la normalidad. Podrán seguir usando el guardarropa libremente.


Ahora Eva tiene que tomar una decisión importante. Puede: