Amira tiene seis años. Vive en una casita con su mamá y su hermanito. ¡Hoy es un gran día! Amira va al parque con su nueva bicicleta. Su mamá la encontró junto a un contenedor de basura y la arreglaron juntas. Pero Amira está un poco preocupada. ¿Y si a los otros niños del parque no les gusta su bicicleta?


Al llegar, Amira ve a los niños jugando. Algunos tienen bicicletas nuevas y brillantes. Amira deja la suya junto a un banco y los observa. Se siente un poco tímida y se pregunta si alguien la invitará a jugar.


¿Cómo crees que se siente Amira al ver a los otros niños con bicicletas nuevas?

Una niña llamada Sofía se acerca pedaleando.

—¿Quieres correr con nosotros? —pregunta sonriendo.

Amira le devuelve la sonrisa, pero duda.

—Mi bicicleta no es tan nueva como la tuya.

Sofía mira la bici de Amira y dice:

—No importa cómo sea la bici, lo importante es divertirnos juntos.

Amira se siente mejor y empieza a pedalear junto a Sofía.


¿Cómo se siente Amira cuando Sofía la invita a jugar?

Mientras pedalean, un niño llamado Leo se une al grupo. Mira la bicicleta de Amira y se ríe.

—¡Tu bici es muy vieja! ¿Por qué no consigues una mejor?

Amira se siente triste. Baja la mirada sin saber qué decir. Sofía frena y dice:

—No importa cómo se vea la bici. ¡Amira va tan rápido como nosotros!


¿Qué debería hacer Amira?