Emma vivía en un vecindario divertido. Le encantaba explorar y aprender cosas nuevas. Un día, algo sucedió que la hizo pensar en diferentes religiones.

Emma estaba jugando afuera cuando vio un camión grande. ¡Nuevas personas se estaban mudando a la casa de al lado! Estaba emocionada por conocerlas. Emma se acercó para mirar. Vio a una familia con canastas y alfombras coloridas. Su ropa era diferente. Llevaban túnicas largas y sombreros brillantes que resplandecían bajo el sol.


Unos días después, los papás de Emma invitaron a los nuevos vecinos a tomar té. Emma estaba emocionada por conocerlos. Tenía muchas preguntas.

Cuando los vecinos llegaron, Emma se sorprendió. Amine, el papá, llevaba un sombrero brillante. Samia, la mamá, usaba un bonito pañuelo. Los papás de Emma los saludaron y empezaron a conversar. Emma escuchaba, pero no entendía algunas palabras.


¿Cómo crees que se siente Emma cuando ve a sus nuevos vecinos?

Todos se sentaron en la mesa. Amine y Samia hablaron de lugar donde venían, un lugar lejano con mercados llenos de gente y edificios antiguos. A Emma le costaba entender de qué hablaban.

Luego, Amine mencionó la religión. Los papás de Emma le explicaron que sus vecinos creían en un Dios diferente. Emma trató de prestar mucha atención. Se concentró para entender lo que Amine decía sobre las oraciones y los días especiales.


¿Cómo crees que se siente Emma cuando conoce a sus nuevos vecinos?

Después de que Amine y Samia se fueron, los papás de Emma le preguntaron: “¿Qué piensas de nuestros nuevos amigos?”


¿Cómo debería responder Emma a sus padres?