No le digo nada a Luca y sigo sintiéndome incómodo. Durante la siguiente actividad, su invasión de mi espacio se vuelve aún más molesta y al final no puedo concentrarme en mi trabajo. Me siento triste y frustrado, y no puedo disfrutar de la actividad.

Respetar el espacio personal de los demás es importante para que todos se sientan cómodos. Hablar amablemente sobre lo que sentimos puede ayudar a mantener la amistad y a trabajar mejor juntos.