Decido ayudar a Anna. Intento que se sienta tranquila. Le propongo hacer los deberes juntas para que pueda encontrar un momento para terminar todo. Me acerco y le pregunto si necesita ayuda. Anna me sonríe y dice que sí.
En su casa, primero hacemos algunas tareas del hogar y la ayudo a cuidar a sus hermanos pequeños. Luego, hacemos los deberes juntas. Así, logra prepararse para presentarla en clase.
Debemos respetar los sentimientos de los demás. Ayudar a quienes lo necesitan es importante para que todos se sientan mejor.