Pero cuando Nina salió del aula, no hicimos nada y seguimos riéndonos. La maestra nos regañó, pero aun así nos burlamos de ella. Desde ese día, Nina se convirtió en el blanco de nuestras bromas en clase.

Después de las vacaciones de invierno, todos volvimos a la escuele. Todos excepto Nina, la cual, se ha cambiado a otro colegio.

A veces, solo hace falta un pequeño gesto para hacer sonreír a alguien.