Lily entendía cómo se sentía Sarah, pero decidió ignorar sus sentimientos y quedarse con sus amigos. Mientras se sentaba en su mesa de siempre, sintió culpa por dejar a Sarah sola.

Durante el día, la imagen de Sarah sentada sola en la cafetería no desaparecía de su mente. Sabía que había perdido la oportunidad de ser amable con alguien que lo necesitaba. Se prometió a sí misma hacerlo mejor la próxima vez..

La historia de Lily nos muestra el poder de la empatía y la amabilidad. Al pensar en cómo se sentía Sarah, Lily entendió lo aterrador y solitario que puede ser ser nuevo en la escuela. Su decisión de acercarse e incluir a Sarah marcó una gran diferencia en su día.
Recuerda, todos nos sentimos solos a veces. Un simple acto de amistad puede alegrarle el día a alguien. Siendo amables con personas nuevas, podemos crear un mundo más feliz e inclusivo para todos.